Aunque Kees Van Dongen alcanzó la notoriedad enmarcado dentro del fauvismo a partir de su sensacional presentación en el Salón de Otoño de 1905, el artista ya se había ganado la vida como ilustrador, un legado visible en los contornos de Aux acacias (Bois de Boulogne, Paris). Mientras vivía aún en su Holanda natal, se había destacado colaborando en el diario local con una serie de acuarelas que ilustraban la zona roja de Rotterdam. Esta presentación inicial del animado –y para el artista pintoresco– submundo de la ciudad anticipaba el enfoque urbano cargado de erotismo de muchos de sus trabajos posteriores.
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